jueves, 25 de diciembre de 2008

EL INDIO BRAVO A VUELTO


Casi nadie recuerda a El Indio Bravo, que sembró el terror en la jurisdicción de Puerto Príncipe (Camagüey) a comienzos del siglo XIX. Nunca llegó a saberse cómo se llamaba en verdad. Los que lo vieron aludían a su corpulencia, su fuerza descomunal y su crueldad primitiva. Se dice que montaba al pelo un caballo negro enorme y que, aunque iba armado de trabuco, machete y cuchillo, era, sobre todo, diestro en el manejo del arco y de la flecha y dejaba a su paso una estela de vacas a las que había arrancado la lengua. (juventudrevelde.cu)

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